Alimentación y cine

La relación entre el cine y la gastronomía se remonta hacia 1925, en la que puede decirse que es la primera secuencia gastronómica de la historia ‘’La Quimera del Oro’’. En ella, Charles Chaplin consigue que un zapato viejo sea un plato exquisito. Sin embargo, no fue hasta algunos años después cuando empezaron a surgir obras en las que la alimentación era tema esencial o, por lo menos, la idea que refleja el intercambio de afectos, pasiones, ideas o creencias.

De esta manera, no sólo el título contiene como tema central la alimentación o la gastronomía, sino que, la escena más importante de muchas películas transcurre en torno a una mesa, en la cocina o la gastronomía es utilizada para destacar diferencias culturales.

En la película Días de vino y rosas (1962), dirigida por Blake Edwards y protagonizada por Jack Lemmon, Lee Remick, Charles Bickford y Jack Klugman se realiza un estudio de lo destructivo que puede ser tener una adicción en la vida moderna. Muestra lo mucho que puede influir el alcoholismo en una relación sentimental, y la gran fuerza de voluntad que se debe tener para salir de esa enfermedad.

Otra gran obra cinematográfica, como Tomates verdes fritos (1991), nos narra la historia de una mujer llamada Evelyn, la cual expresa una gran sensación de inutilidad y se pasa el día hartándose de dulces para llenar esa apatía. En un momento de su vida, Evelyn conoce a una mujer de la que se contagia de su espíritu de superación, y ambas nos deleitan con este plato (Tomates verdes fritos), al mismo tiempo que nos narran una tierna historia de amistad.

Un ejemplo del miedo que tienen las personas a lo desconocido nos lo muestra la película Chocolat (2000). Se desarrolla en Lansquenet, una población francesa muy tradicional, donde nada ha cambiado en los últimos cien años. Allí se trasladan dos forasteras, Vianne Rocher (Juliette Binoche) y su hija Anouk (Victoire Thivisol). Vianne inaugura una chocolatería repleta de dulces capaces de despertar los ocultos apetitos de los habitantes del pueblo, además, posee un don especial que le permite percibir los deseos de los demás y satisfacerlos con el dulce exacto. Al principio la población será reacia, pero luego se animarán a probar lo deseado.

Como podemos ver, el cine y la gastronomía se funden para ofrecer al espectador aromas y sabores de todos los lugares del mundo y de todos los momentos de la historia. Además, una película es una excusa para estar con las personas que quieres, y disfrutar de un buen momento.

¿Cuándo vemos la próxima?